5.9.10

Dinamita hecha con agua


Sí, muchos no lo creen, este verano no hemos ido a Japón. El epicúreo colmenareño ha preguntado inlcuso si habían cerrado aquel país. A cambio hemos visitado un lugar muy distinto y más cercano, las Médulas de la provincia de León, que son patrimonio de la Humanidad. La gracia del sitio radica en su origen y en su aspecto actual.
Allá por el siglo I antes y/o después de Cristo el césar Augusto se propuso estabilizar la moneda romana con el áureo, que, como su nombre indica, estaba hecho de oro. Así que necesitaba ingentes cantidades de este metal y se fue a buscarlas por toda Europa y Asia. En el noroeste de Iberia, en lo que hoy es Asturias, León y Galicia, había desde antiguo minas y río auríferos. Pues bien, llegaron, vieron y decidieron. Cogieron agua a unos cien kilómetros (Montes Aquilianos), la condujeron con canales y acueductos, la juntaron en un lago artificial. Horadaron los montes con galerías y fueron introduciéndole el agua. Los reblandecieron. Metieron un golpe final de agua y la presión hizo que se derrumbaran como si se hubiera usado T.N.T. (ruina montium lo llamó Plinio el Viejo). Cuando todo aquello corría ladera abajo, los operarios astures semiesclavizados (que también habían excavado las galerías) retiraban las piedras grandes y el agua entraba en unas como acequias (agogas) donde se colocaban ramas de brezo. Estas ramas tienen un pigmento en el que se pegaban las partículas de oro. Luego quemaban esas ramas y filtraban las cenizas. Se calcula que movieron cien millones de metros cúbicos de tierra y que sacaron unos mil kilos de oro. El paisaje que ha quedado es espectacular: agujas de arena rojiza entre un bosque de verdes castaños.
Dicen las malas lenguas que cuando se propuso en la UNESCO la candidatura como patrimonio de la humanidad, Tailandia, Alemania y Finlandia se opusieron por considerar este paisaje fruto de la furia y la avaricia humanas, en contra de los ecosistemas naturales. Que yo sepa, casi todas la maravillas del mundo se han hecho a golpe de látigo, injusticias sociales y canteras desoladoras (Carrara, El Cairo,...).
Recomendaciones culinarias y hosteleras:
1.- Tomarse un vino en el jardín del Parador de León, junto al río y a un buen plato de cecina.
2.- Comerse un sushi leonés (con carnes) o japonés (por encargo) en Saint Roman en León.
3.- Dormir y cenar en O palleiro d´o pe d´o forno de Orellán (el Bierzo tiene algo de bilingüe galaico-castellano), donde Isabel Carrera os cuidará como en vuestra propia casa, mezclando la sofisticación de la cuisine francesa con la cantidad y contundencia de la leonesa. Hermosas vistas y tranquilidad rural garantizadas.
Ahí va un puñado de fotos.

Catedral de León


O palleiro d´o pe d´o forno



Lago Carucedo, formado por los materiales de la mina que taponaron el curso del río



Las Médulas propiamente dichas


Vista desde el mirador de Orellán

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