25.2.13

Entre la ambición y la pretensión

En La Vanguardia y Libertad Digital la salvan, pero en El País y La Razón la crucifican.  El atlas de las nubes, dirigida por los hermanos Wachoski y Tom Tywker, es de todo menos una película que deje indiferente.  Cojan ustedes algunas ideas de Castaneda, medio kilo del imaginario e-revolucionario de Matrix, mézclenlo con varias rodajas de una historia de amor homosexual pre II Guerra Mundial, cuarto de kilo de Master and Commander, espolvoréenlo con dos cucharaditas de Blade Runner y otras tantas de alguna comedia contemporánea, contraten a Tom Hanks, a Susan Sarandon, a Halle Berry, a Hugh Grant y al malo múltiple de los matrix, Hugo Weaving, y a ver si son capaces de hacer una película, repito una sola, con semejante guion y casting.
Pues ellos lo han hecho y aunque la moraleja se ve venir pronto y el maquillaje tira para atrás en algunos momentos, el interés por los múltiples desenlaces te mantiene atento a la pantalla unas tres horas, lo que no es poco mérito.
¿Pretensión? ¿Ambición? Lo ignoro.  Quizá otro día me decida.  Lo que sí me quedan claras son dos ideas:
a) que me he tirado tres horas intentado averiguar si me gusta o no me gusta esta película.
b) que ahora que llevo siete horas montando un corto de un minuto, opino que el montador de El atlas de las nubes debería ser nominado a un premio Nobel que crearan ex profeso para él.

Solo por ver a Hugh Grant de semejante pinta merece la pena ver la película.
O no.
¿Y qué me dicen de Tom Hanks en el papel de Javier Cansado?

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